domingo, 3 de abril de 2011

HUMILDEMENTE SABIOS (Gerardo Schmedling)



 Si una persona logra eliminar la mayor parte de su ego, se presenta en su personalidad, la característica de la humildad, siendo esta, una de las principales cualidades de la maestría en amor, porque, le permite a la persona expresar voluntariamente, en pensamiento, palabra y obra, los principios eternos del amor universal, por esta razón podemos afirmar, que la humildad es una virtud de los maestros, porque ellos trabajaron mucho tiempo sobre si mismos, para lograr la ausencia de ego.

La humildad es una de las principales cualidades de los maestros de amor porque ellos no tienen ego

Nosotros somos muy importantes para los maestros, porque ellos, son seres totalmente amorosos, que actúan con un propósito de enseñanza y servicio hacia todas las personas que aún se encuentra sumidas dentro de los procesos del ego, las creencias, los sentimientos, el sufrimiento y el dolor. Aunque para ellos, su único interés hacia nosotros es servirnos humildemente, dándonos la información que facilita que podamos trascender nuestros egos humanos, la razón fundamental de su presencia entre nosotros, es el amor que nos tienen, porque ellos también pasaron por las mismas experiencias, sufrimientos y dolores que nosotros aún padecemos, y por eso pueden comprendernos

La presencia de los maestros que humildemente nos sirven responde el principio de amor universal y a la necesidad que tenemos de su enseñanza.

Cuando estamos en el camino de la maestría en amor, necesitamos acabar nuestros ego y llenarnos de humildad, para poder acceder a un nuevo nivel de conciencia, desde el cual, podamos ampliar nuestra capacidad de servir a los demás, y hacernos correspondientes con un nuevo mundo, donde ya no existe la pobreza, el sufrimiento, la  enfermedad y el dolor, adquiriendo así, las herramientas del amor para asistir eficientemente a todas las personas que aún se encuentren bajo la tiranía de sus propios egos.
Los ejercicios o prácticas que recomiendan los maestros, para desarrollar la virtud de la humildad, y acabar con la tiranía del ego (demonio interior) consiste  fundamentalmente en renunciar a las tentaciones del ego:

1- renunciar a la tentación de sufrir
2- renunciar a la tentación de títulos
3 renunciar a  la tentación de pelear
4 renunciar a la tentación de criticar
5 renunciar a la tentación de agredir
6 renunciar a la tentación de mandar
7 renunciar a la tentación de ostentar
8 renunciar a la tentación de imponer
9 renunciar a la tentación de humillar
10 renunciar a la tentación de inculpar
11 renunciar a la tentación de culparse
12 renunciar a la tentación de invalidar
13 renunciar a la tentación de quejarse
14 de renunciar a la tentación de protestar
15 renunciar a la tentación de vengarse
16 renunciar a la tentación de ofenderse
17 renunciar a la tentación de defenderse
18 renunciar a la tentación de menospreciar







El ego utiliza el poder los recursos y el conocimiento para imponer, mandar, humillar, menospreciar e  invalidar a los demás, y además exige, que se le respete anteponiéndole a su egoico nombre, toda clase de títulos, como: majestad- ilustrísima- excelencia- reverendísima- eminencia- divina gracia- egregio- Dr.- honorable- señor- don... de esta manera, el ego mantiene su reinado de soberbia, que origina toda clase de limitaciones, sufrimiento, dolor, guerras, y conflictos humanos.

El ego utiliza el poder, los recursos y el conocimiento para mantener su reinado de soberbia, sufrimiento y dolor.
La ausencia de ego permite que, el poder, lo recursos, los conocimientos, y la sabiduría, éste en manos del maestro, quien  las  convierte en herramientas de amor, para poder servir mejor a los demás, por eso, es importante aprender a ser humildemente sabios, abundantemente eficientes y poderosamente servidores, entonces, podremos verificar el extraordinario efecto del principio de la humildad, no sólo como una herramienta de servicio, si no como el principio generador de una nueva y  formidable experiencia de vida.

El efecto que produce el desarrollo de la humildad, sobre nuestro campo mental, es tan poderoso, que permite la generación de una inmensa capacidad receptora (principios femeninos) que puedan conducir a la persona a tener acceso a la más profunda  información del universo, a la total abundancia de recursos, y a una prosperidad ilimitada, facilitando en la persona una extraordinaria facultad, Para amar, crear, servir, enseñar, y disfrutar intensamente de todo lo que se hace (principios masculinos).

La Humildad crea el principio femenino de la pureza mental (luz plateada) que puede recibir y expresar el principio masculino del amor universal (luz dorada)

El principio de la humildad es tan poderoso, que puede liberarnos totalmente de los procesos del sufrimiento y de las limitaciones  aprendidas que conforman nuestros egos humanos, la humildad la podamos encontrar en diferentes circunstancias de la experiencia humana, pero siempre dará una excelente resultado para quien posea esta extraordinaria virtud, cuando se habla de  gente humilde, de lugares humildes, o de llevar una vida humilde, nuestra cultura, lo asocia equivocadamente a las características de la pobreza, cuando es exactamente todo lo contrario, porque, la humildad jamás será pobreza, veamos algunos ejemplos:

Gente humilde:

La que no tiene ego, y por eso disfruta de lo que tiene y de lo que hace.

Lugares humildes:

Donde se vive sin lujos ni ostentaciones, disfrutando de lo que la naturaleza o la vida dispone para cubrir las necesidades, aprovechando sabiamente todo los recursos presentes.

Tener una vida humilde:

Cuando se valora y se disfruta intensamente de todo lo que se tiene, y no hay ningún afán por conseguir las cosas, ni se quiere cambiar a los demás o interferir con el orden del universo.

Los maestros siempre enseñaron la virtud de la humildad
 la ignorancia confundió la humildad con la pobreza.

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